8 Agosto 2015
“En aquel día estará grabado sobre las
campanillas de los caballos:
SANTIDAD A JEHOVÁ”
Zacarías
14: 20
¡Feliz el día cuando
todas las cosas sean consagradas, y las campanillas de los caballos suenen
santidad para el Señor! Ese día ha llegado para mí.
¿No santifico todas las
cosas para Dios? Estas ropas, cuando me las pongo o cuando me las quito, ¿no
han de recordarme la justicia de Cristo Jesús, mi Señor? ¿No he de hacer mi
trabajo como para el Señor? ¡Oh, que hoy mis ropas fueran vestiduras sacras,
mis alimentos sacramentos, mi casa un templo, mi mesa un altar, mi conversación
incienso, y yo mismo un sacerdote! Señor, cumple Tu promesa, y que nada sea
para mí profano e inmundo.
En fe he de esperar
esto. Creyendo que así será, seré conducido a hacerlo. Como yo mismo soy
propiedad de Jesús, mi Señor puede hacer un inventario de todo lo que tengo,
pues todo es completamente Suyo; y yo estoy resuelto a demostrar que así es por
el uso que he de hacer de ello en este día. De la mañana a la noche quiero
ordenar todas las cosas de acuerdo a una regla feliz y santa.
Mis campanillas
sonarán; ¿por qué no habrían de sonar? Incluso mis caballos tendrán
campanillas. ¿Quién tiene tal derecho a la música como el derecho que tienen
los santos? Pero todas mis campanillas, mi música y mi júbilo, se tornarán en
santidad y sonarán el nombre de “el Dios Feliz”
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