20 Agosto 2015



“Y pelees las batallas de Jehová”
1 Samuel 18:17




Los consagraos elegidos de Dios están todavía en guerra en la tierra, y Jesucristo es el Capitán de su Salvación. Él ha dicho: “y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20) ¡Atiende a los gritos de guerra! Que ahora el Pueblo de Dios se mantenga firme en sus posiciones, y que no se desaliente ningún hombre.

Nunca hubo un día en que el Evangelio pareciera temblar más en la balanza que ahora que una fuerza feroz demoniaca trata de elevar cada vez más la degradación moral dentro y fuera de la Iglesia. En verdad necesitamos una voz audaz y una mano fuerte para predicar y publicar el antiguo Evangelio, por el cual los mártires sangraron y los padres espirituales murieron. El Salvador está, por su Espíritu, en la Tierra todavía; que esto nos aliente. Él está siempre en medio de la lucha y, por lo tanto, la batalla no es incierta.

Y a medida que el conflicto arrecia, que dulce satisfacción es saber que el Señor Jesús, en su oficio como nuestro gran intercesor, ¡está permanentemente suplicando por su Pueblo! Ah, observador ansioso, no mires tanto a la batalla allá abajo, pues allí serás cubierto de humo por completo y te quedarás perplejo con las vestiduras llenas de sangre. Más bien levanta tus ojos a lo lejos, donde el Salvador vive y ruega, pues mientras intercede, la causa de Dios está segura. Luchemos como si todo despendiera de nosotros, pero levantemos nuestra mirada y sepamos que todo depende de Él.
Ahora, por los lirios de la pureza cristiana y por las rosas de la expiación del Salvador, por los corzos y las siervas del campo, les encargamos a ustedes, que aman a Jesús, que luchen con valor en la Guerra Santa, por la verdad y por la justicia, por el Reino y las joyas de la corona de tu Maestro.
¡Adelante!, “Pues no es vuestra guerra sino de Dios” (2 Crónicas 20:15)


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