2 Agosto 2015
“Él nos elegirá nuestras heredades”
Salmo 47: 4
Nuestros enemigos
quieren asignarnos una porción muy nefasta, pero no seremos entregados en sus
manos. El Señor hará que permanezcamos en nuestro sitio, en nuestro lugar
asignado por Su infinita sabiduría. Una mente más sabia que la nuestra arregla
nuestro destino.
El ordenamiento de
todas las cosas pertenece a Dios, y nos alegra que así sea; preferimos que Dios
elija por nosotros. Si las cosas pudieran ser a nuestra manera, desearíamos que
todas las cosas fueran a la manera de Dios.
Estando conscientes de
nuestra propia necedad, no deseamos gobernar nuestros destinos. Nos sentimos
más seguros y más tranquilos cuando el Señor dirige el rumbo de nuestro barco
que si pudiéramos dirigirlo nosotros de acuerdo a nuestro juicio. Gozosamente
ponemos nuestro doloroso presente y nuestro desconocido futuro en manos de
nuestro Padre, nuestro Salvador y nuestro Consolador.
¡Oh, alma mía, pon en
este día todos tus deseos a los pies de Jesús! Si últimamente has sido algo
inquieto y testarudo, ávido de ser y de hacer lo que te dicte tu propia mente,
descarta ahora tu necio ego, y pon las riendas en las manos del Señor. Di: “Él
ha de elegir”.
Si otros disputan la
soberanía del Señor, y se glorían en el libre albedrío del hombre, tú respóndeles efectivamente: “Él
elegirá por mí.” Mi más libre decisión es que Él decida por mí. Como un agente
libre, yo elijo que Él tenga toda la decisión.
¡Padre toma el control
de nuestras vidas!
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