27 Agosto 2015
“Y Jehová tu Dios te bendecirá en todo
cuanto hicieres”
Deuteronomio
15: 18
Un amo israelita tenía
que dar la libertad a su esclavo en el tiempo señalado, y cuando abandonaba su
servicio, el amo debía encauzarlo en la vida proporcionándole una porción
liberal. Esto tenía que hacerlo de todo corazón y con alegría, y entonces el Señor
prometía bendecir el acto de generosidad.
El espíritu de este
precepto, y, en verdad, la ley entera de Cristo, nos obliga a tratar bien a los
trabajadores. Debemos recordar cómo el Señor ha tratado con nosotros, y esto
hace que sea absolutamente necesario que tratemos benignamente a los demás. Es
conveniente que quienes son hijos de un Dios lleno de gracia, sean generosos.
¿Cómo podríamos esperar que el grandioso Señor bendiga nuestro negocio si
oprimimos a quienes nos sirven?
¡Qué bendición está
puesta aquí delante de la mente liberal! Ser bendecidos en todo lo que hacemos
es ser bendecidos verdaderamente.
El Señor nos enviará
esta bendición dividida en partes: una parte como prosperidad, otra parte como
contentamiento de mente, y otra parte con el sentido de Su favor, que es la
mejor de todas las bendiciones. Él nos puede llevar a sentir que estamos bajo
Su especial cuidado, y que estamos rodeados de Su amor especial. Esto convierte
a nuestra vida terrenal en un gozoso preludio de la vida venidera.
La bendición de Dios es
más que una fortuna. Enriquece, y no agrega aflicción con ella.
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