7 Agosto 2015
“Decid al justo que le irá bien”
Isaías 3:10
Al justo le va bien
siempre. Si hubiese dicho: “Díganle al justo que le irá bien en su
prosperidad”, hubiésemos estado agradecidos con tan grande bendición, pues la
prosperidad es un don del cielo.
Y si se hubiese
escrito: “Le irá bien cuando estuviere en persecución”, estuviésemos
agradecidos por tan reconfortante seguridad, pues la persecución es difícil de
soportar; pero cuando no se menciona el tiempo, todo tiempo está incluido. El
tiempo futuro de Dios debe entenderse siempre en su mayor extensión. Desde el
principio del año hasta el fin, da las primeras sobras de la noche hasta que
brille la estrella de la mañana, en todas las condiciones y bajo todas las
circunstancias, le irá bien al justo. Le va tan bien al justo que no puede imaginarse
que le pudiera ir mejor, pues está bien alimentado, se alimenta de la carne y
sangre de Jesús; está bien vestido, se viste de la justicia atribuida a Cristo;
tiene un buen lugar de habitación, pues habita en el Señor; está bien casado,
su alma está unida en lazos matrimonial al Cristo; tiene buena provisión, pues
el Señor es su Pastor; tiene buenos talentos, pues el cielo es su herencia.
Al justo le irá bien, bien con la autoridad divina; la boca de Dios
habla seguridad que consuela. Oh, amado, si Dios declara que todo irá bien,
diez mil demonios podrán declarar que todo irá mal, pero nos reiremos de todos
ellos con desprecio. Bendito sea Dios por una fe que nos capacita para creerle
a Él cuando las criaturas los contradicen. La Escritura dice: “Te irá bien en
todo tiempo, a ti, justo”.
Entonces, amado, si no
puedes verlo, permite que la Palabra de Dios te ponga en un lugar en el que
veas; sí, créelo basado en la autoridad divina con más seguridad que si tus
ojos o tus sentimientos te lo dijeran. Aquel a quien Dios bendice es, sin
dudas, bendito, y lo que sus labios declaran es verdadero y firme.
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