9 Julio 2015
“Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas,
para que tu aprovechamiento
Sea manifiesto a todos”
1 Timoteo
4: 15
Prácticamente esta es
una promesa de que, por medio de una meditación diligente y la entrega de toda
nuestra mente a nuestra obra por el Señor, obtendremos un aprovechamiento que
será manifiesto a todos.
Hemos de sacarle
provecho a la Palabra de Dios, no mediante una lectura apresurada, sino a
través de una profunda meditación. No es haciendo descuidadamente una gran
cantidad de trabajo, sino haciendo todo aquello que emprendamos de la mejor
manera, que obtendremos un aprovechamiento real. “En toda labor hay fruto”, mas
no en el ajetreo y la prisa que carecen de una verdadera energía de corazón.
Si nos dividimos entre
Dios y las riquezas, o entre Cristo y el yo, no lograremos ningún progreso.
Hemos de entregarnos enteramente a las cosas santas, pues de lo contrario
seremos pobres comerciantes en el negocio celestial, y en nuestra participación
accionaria no se reflejará ninguna ganancia.
¿Soy un ministro?
Entonces he de ser enteramente un ministro, y no he de gastar mis energías en
ocupaciones secundarias. ¿Qué tengo yo que ver con políticas partidistas, o
vanas diversiones? ¿Soy un cristiano? Entonces he de convertir el servicio a
Jesús en mi ocupación, mi obra vital y mi única ocupación.
Debemos estar
completamente unidos con Jesús, y luego completamente entregados a la obra por
Jesús, pues de lo contrario no progresaremos ni daremos fruto, y ni la iglesia
ni el mundo sentirán esa poderosa influencia que el Señor quiere que ejerzamos.
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