7 Julio 2015



“El que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará”
Isaías 35: 8




El camino de la santidad es tan recto y llano, que las mentes más simples no pueden extraviarse en él si lo siguen constantemente. Los sabios según el mundo recomiendan muchos giros y vueltas, y, sin embargo, cometen terribles disparates y generalmente no encuentran su meta.

La estrategia mundana es una pobre cosa miope, y cuando los hombres la eligen como su vía, los conduce por montes de oscuridad. Las mentes agraciadas sólo saben hacer lo que el Señor les ordena; pero esto las mantiene en el camino real y bajo la protección del rey.

El lector nunca debe ayudarse a salir de una dificultad mediante una falsedad, o por medio de un acto cuestionable; él ha de conservarse en medio del camino principal de la verdad y de la integridad, y estará siguiendo el mejor curso posible.

En nuestras vidas no debemos practicar nunca la navegación circular, ni soñar con evasiones. Sean justos y no teman. Sigan a Jesús y no se preocupen por consecuencias nefastas. Si el peor de los males pudiera ser evitado haciendo el mal, en el propio intento de ello, caeríamos en un mal peor de lo que sería cualquier otro mal.

El camino de Dios es siempre el mejor camino. Síguelo aunque los hombres te consideren un torpe, y serás verdaderamente sabio.

Señor, guía a Tus siervos por senda de rectitud a causa de sus enemigos.


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