5 Julio 2015
Proverbios
3: 25, 26.
Cuando Dios abunda en
juicios, no quiere que Su pueblo se alarme. Él no ha salido para hacer daño,
sino para defender a los justos.
Él quiere que
manifiesten valentía. Quienes gozamos de la presencia de Dios deberíamos
mostrar presencia de mente. Puesto que el propio Señor podría venir
súbitamente, no deberíamos sorprendernos de cualquier cosa súbita. La serenidad
frente a la embestida y el rugido de males inesperados, es un precioso don del
amor divino.
El Señor quiere que Sus
elegidos manifiesten discernimiento, de tal forma que puedan ver que la
desolación de los impíos no es una calamidad real para el universo.
Únicamente el pecado es
malo; el castigo que le sigue es como una sal que preserva para evitar que la
sociedad se pudra. Deberíamos estar más horrorizados por el pecado que merece
el infierno, que por el infierno que es el resultado del pecado.
Así, también, el pueblo
del Señor ha de exhibir gran tranquilidad de espíritu.
Satanás y la simiente
de la serpiente están llenos de sutileza; pero quienes caminan con Dios no
serán atrapados en sus engañosas trampas. Prosigue tu camino, creyente en
Jesús, y acepta que el Señor sea tu confianza
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