13 Julio 2015




“Enviaré delante de ti la avispa, que eche fuera al Heveo, al cananeo y al Heteo, de delante de ti.”
Éxodo 23: 28




No necesitamos considerar qué eran esas avispas. Constituían el propio ejército de Dios que Él envió delante de Su pueblo para que picaran a sus enemigos, y tornaran fácil la conquista de Israel. Con Sus propios instrumentos elegidos nuestro Dios peleará por Su pueblo y hostigará a Sus enemigos, antes de que entren en la batalla propiamente dicha.

Con frecuencia Él confunde a los adversarios de la verdad con métodos en los que los propios reformadores no tienen injerencia. El aire está lleno de misteriosas influencias que acosan a los enemigos de Israel.

En el Apocalipsis leemos que “La tierra ayudó a la mujer”. No hemos de temer nunca. Las estrellas en sus órbitas luchan contra los enemigos de nuestras almas.

Muy a menudo, cuando marchamos al conflicto, no encontramos ningún ejército con el que contender. “Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.” Las avispas del Señor pueden hacer más que nuestras armas. Nunca podríamos soñar con que la victoria fuera obtenida por tales medios como los que usa Jehová.


Nosotros debemos obedecer nuestras órdenes de marcha y salir a la conquista de las naciones por Jesús, y descubriremos que el Señor ha ido delante de nosotros, y ha preparado el camino, de tal manera que al final confesaremos con júbilo: “Su diestra lo ha salvado, y su santo brazo.”

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