8 Mayo 2015
“Sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y
Perdurable herencia en los Cielos”
Hebreos 10:
34
Esto es bueno. Nuestra herencia
aquí es muy poco perdurable: no hay permanencia en ella. Pero Dios nos ha dado
una promesa de bienes raíces en la tierra de gloria, y esa promesa viene a
nuestros corazones con tan plena garantía de su certeza, que sabemos en
nosotros que tenemos una perdurable herencia allá. Sí, “la tenemos” incluso
ahora.
Hay un dicho que dice:
“Más vale pájaro en mano que cien volando”; nosotros tenemos los cien pájaros
volando y en la mano también. El cielo es nuestro incluso ahora. Poseemos los
títulos de propiedad del cielo, tenemos la garantía de él, y tenemos las
primicias de él. Tenemos al cielo en precio, en promesa y en principio: esto lo
sabemos no sólo por oírlo con el oído, sino “en nosotros”.
¿Acaso el pensamiento
de una mejor herencia al otro lado del Jordán, no debería reconciliarnos con
las pérdidas presentes? Podemos perder el dinero para cubrir los gastos, pero
nuestro tesoro está seguro. Hemos perdido las sombras, pero la herencia
permanece, pues nuestro Salvador vive, y el lugar que Él ha preparado para
nosotros, persiste.
Hay una tierra mejor,
una mejor herencia, una mejor promesa; y todo esto viene a nosotros a través de
un mejor pacto; por tanto, hemos de tener un mejor ánimo, y decirle al Señor:
“Cada día te bendeciré, y alabaré tu nombre eternamente y para siempre.”
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