6 Mayo 2015
“No tendrá temor de malas noticias; su
corazón está firme,
Confiado en Jehová”
Salmo 112: 7
El suspenso es
terrible. Cuando no tenemos noticias de casa, somos propensos a ponernos
ansiosos, y no podemos ser persuadidos de que “ningunas noticias son buenas
noticias”
La fe es el remedio
para esta condición de tristeza: el Señor por Su Espíritu sosiega a la mente
con santa serenidad, y ahuyenta todo temor relativo al futuro así como al
presente.
La firmeza de corazón
de la que habla el Salmista ha de ser buscada diligentemente. No se trata de
creer en esta o esa promesa del Señor, sino es la condición general de
confianza plena e imbatible en nuestro Dios, la confianza que tenemos en Él
consistente en que Él mismo no nos perjudicará ni permitirá que nadie más nos
haga daño. Esta confianza constante se enfrenta a lo desconocido así como a lo
conocido de la vida.
Sin importar lo que el
mañana pueda ser, nuestro Dios es el Dios de mañana. Muchos eventos pudieran
haber ocurrido que son desconocidos para nosotros, pero Jehová es Dios de lo
desconocido así como de lo conocido.
Estamos resueltos a
confiar en el Señor, sin importar lo que venga. Si sucediera lo peor, nuestro
Dios es todavía el más grande y el mejor. Por tanto no temeremos aunque el
timbre del teléfono nos sobresalte, o una llamada nos despierte a medianoche.
El Señor vive, y ¿qué podrían temer Sus hijos?
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