23 Mayo 2015
“En ti el huérfano alcanzará misericordia”
Oseas 14:
3.
Esta es una excelente
razón para deshacernos de todas las otras confianzas y confiar únicamente en el
Señor. Cuando un niño se queda sin su protector natural, nuestro Dios
interviene y se convierte en su guardián: así también, cuando un hombre ha
perdido todo objeto de dependencia, puede apoyarse plenamente en el Dios vivo y
encontrar en Él todo lo que necesita. Los huérfanos son colocados sobre la
paternidad de Dios, y Él provee para ellos.
El escritor de estas
páginas sabe lo que es depender del brazo desnudo de Dios, y da su testimonio
voluntario de que ninguna confianza está tan bien certificada por los hechos, o
tan segura de ser recompensada por los resultados, como la confianza en el
invisible pero siempre vivo Dios.
Algunos hijos que
tienen padres no son mejores por causa de ellos, pero los huérfanos con Dios
son ricos. Es mejor tener a Dios y a ningún otro amigo, que tener a todos los protectores
de la tierra pero no tener a Dios.
Ser separado de la
criatura es doloroso, pero mientras el Señor permanezca siendo la fuente de la
misericordia para nosotros, no somos huérfanos en absoluto. Que los niños sin
padre argumenten esta palabra de gracia en esta mañana, y que todos los que
hayan perdido el apoyo visible hagan lo mismo.
¡Señor, que encuentre
yo misericordia en Ti! Entre más necesitado e indefenso me encuentro, más
confiadamente apelo a Tu amoroso corazón
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