29 Mayo 2015
“Y procurad la paz de la ciudad a la cual os
hice transportar, y rogad por ella
A Jehová; porque en su paz tendréis vosotros
paz”
Jeremías
28: 7
El principio
involucrado en este texto nos sugiere a todos aquellos de nosotros que somos
los peregrinos y extranjeros del Señor, que hemos de estar deseosos de promover
la paz y la prosperidad de la gente entre quienes habitamos. Nuestra nación y
nuestra ciudad han de ser especialmente bendecidas por nuestra constante
intercesión.
Una sincera oración por la Costa y Colombia es
muy conveniente en la boca de cada creyente.
Oremos con denuedo por
la gran bendición de la paz, tanto en casa como en el extranjero. Si la batalla
causara el derramamiento de sangre en nuestras calles, o si la batalla en el
extranjero matara a nuestros valientes soldados, todos nosotros deberíamos
lamentar la calamidad; por tanto, oremos por la paz, y promovamos
diligentemente aquellos principios por los que las clases sociales en casa y
los pueblos extranjeros estén ligados entre sí con lazos de amistad.
A nosotros mismos se
nos promete tranquilidad en conexión con la paz de la nación, y esto es
sumamente deseable; pues así podemos educar a nuestras familias en el temor del
Señor, y también predicar el Evangelio sin impedimentos y sin obstáculos.
Hoy hemos de orar mucho
por nuestro país, confesando los pecados nacionales, y pidiendo el perdón y la
bendición para la nación, por Jesucristo nuestro Señor.
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