28 Mayo 2015

“Buscó a su Dios, lo hizo de todo corazón, y fue prosperado”

2 Crónicas 31:21

Este no es un hecho inusual, es la regla general del universo moral que aquellos hombres que prosperan hacen su trabajo de todo corazón, mientras que aquellos que casi seguro fracasarían son los que van a su trabajo dejando la mitad de sus corazones detrás. Dios no les da cosechas a los hombres holgazanes, excepto la cosecha de cardos; ni le place enviar riquezas a aquellos que no excavan en el campo para encontrar tesoro oculto.

Se ha declarado universalmente que si un hombre ha de prosperar, debe ser diligente en sus negocios. Es lo mismo en la religión que en otras cosas. Si vas a prosperar en tu trabajo a Jesús, permite que sea un trabajo de corazón. Y que sea hecho de todo tu corazón. Pon tanta fuerza, energía, entusiasmo y seriedad en la religión como pones en los negocios, pues merece mucho más.

El Espíritu Santo nos ayuda en nuestras dolencias, pero no alienta nuestra haraganería; Él ama a los creyentes activos. ¿Quiénes son los más útiles en la Iglesia Cristiana? Los hombres que hacen lo que emprenden para Dios con todo su corazón. ¿Quiénes son los maestros de escuela dominical más exitosos? ¿Los más talentosos? No, sino los más celosos, los hombres cuyos corazones están encendidos; aquellos son los hombres que ven a su Señor que cabalga prósperamente con toda la majestad de su salvación. La bondad se demuestra en la perseverancia; podrá haber fracaso al principio, pero el trabajador serio dirá: “Es la obra del Señor y debe hacerse, mi Señor me alienta a hacerla y en su fuerza lo llevaré a cabo”.

Cristiano, ¿Sirves a tu Maestro de todo corazón? ¡Recuerda la seriedad de Jesús! ¡Mira que trabajo de corazón era el Suyo! David pudo decir: “el celo de tu casa me consume” (Salmo 69:9). Cuando Jesús transpiró grandes gotas de sangre no era ligera la carga que tuvo que llevar sobre sus benditos hombros, y cuando derramó su corazón no fue un esfuerzo débil el que hacía por la salvación de su Pueblo. ¿Era Jesús ardiente y nosotros somos tibios?