11 Enero 2017
“Yo te formé, siervo mío eres tú; Israel, no me olvides”
Isaías 44:21
Nuestro Jehová no puede olvidar a Sus siervos como para dejar de amarlos. Él los eligió, no por un tiempo, sino para siempre. Él sabía lo que serían cuando los llamó para que formaran parte de la familia divina.
Él deshace sus pecados como una nube; y podemos estar seguros de que no los echará de Sus puertas por las iniquidades que ya ha borrado. Sería una blasfemia imaginar tal cosa.
Él no los olvidará como para dejar de pensar en ellos. Un momento de olvido de parte de nuestro Dios, sería nuestra ruina. Por tanto, Él dice: “No me olvidaré de ti” Los hombres nos olvidan: aquellos a quienes hemos beneficiado se vuelven en contra nuestra: no contamos con un lugar permanente en el veleidoso corazón de los hombres; pero Dios nunca olvida a ninguno de Sus verdaderos siervos.
Él se liga a nosotros, no por lo que hagamos por Él, sino por lo que Él ha hecho por nosotros. Hemos sido amados durante demasiado tiempo, y fuimos comprados a un precio demasiado grande, para ser olvidados ahora. Jesús ve en nosotros el fruto de la aflicción de Su alma, y no puede olvidar eso.
El Padre ve en nosotros a la esposa de Su Hijo, y el Espíritu ve en nosotros a Su propia obra eficaz. El Señor piensa en nosotros. En este día seremos socorridos y sustentados.
¡Oh, que nunca nos olvidemos del Señor!
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